Yo, Carmen no es una revisión del célebre personaje, no es una versión de la tantas veces adaptada obra de Merimée. No. La obra de María Pagés es una voz de mujer que se alza con fuerza ante nosotros, nítida y contundente, para expresar la realidad que afronta, construye y desenvuelve el alma femenina. Quiere ser la voz de todas las mujeres, sin subterfugios, sin dobleces heredados, sin miedos ni connotaciones construidas por la mirada masculina.
Aquel personaje voluptuoso que Bizet envolviera con su música fascinante sirve de punto de partida de un espectáculo que lo que pretende es desarmar los estereotipos creados, mantenidos e inculcados a lo largo de los siglos, para silenciar la esencia de la mujer real. Una mujer hablando de las mujeres, con las mil y una aristas que las conforman, que las sostienen.
La reflexión coreográfica de Pagés busca confrontar el mito y despojar al público de esa imagen prefabricada que todos tenemos incorporada en nuestro universo cultural, para, desde ahí, levantar sobre el escenario una más certera, más veraz. Y, al tiempo, no sólo explora el deseo como una responsabilidad ética, reivindica también la vida, el placer, la autonomía, la libertad y la felicidad como derechos fundamentales de todo ser humano.
La duración es de 1h20’ sin pausas.
Una producción de
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Con la colaboración de
Colaboración en el proceso de elaboración
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